Por supuesto, en este proyecto de la ESTRELLA CERVANTES, el Quijote y su Universo es también ingrediente principal. Por eso vamos a ir abriendo boca con algunos enlaces que nos propone Victor R. Ruiz, informático y astrónomo en el corazón. Se han añadido algunas sugerencias de Javier Armentia y de David Barrado Navascués, a quienes agradecemos el trabajo de recopilación.
Una cita, para comenzar a andar…
El caballero andante […] ha de ser astrólogo, para conocer por las estrellas cuántas horas son pasadas de la noche y en qué parte y en qué clima del mundo se halla; ha de saber las matemáticas, porque a cada paso se le ofrecerá tener necesidad dellas.
Don Quijote (II, 18)
Libros, artículos, conferencias, presentaciones…
Sin duda, uno de los textos de referencia a la hora de abordar estos temas es la publicación (Ed. Crítica, 2005) LA CIENCIA Y EL QUIJOTE, dirigida por el doble académico José Manuel Sánchez Ron. (ISBN 84-8432-649-7). Recomendables todos los ensayos sobre diferentes aspectos de la ciencia recogidos en la obra de Miguel de Cervantes, pero -nobleza obliga- destacamos el texto del catedrático de historia de la ciencia de la Universidad de Valladolid Mariano Esteban Piñeiro sobre LA CIENCIA DE LAS ESTRELLAS.
El tercer capítulo, “La ciencia de las estrellas,” cuyo autor es Mariano Esteban Piñeiro, trata, como indica su título, sobre la astronomía, tanto desde la vertiente científica como desde la de ciencia adivinatoria, conocida también como astrología. Los siglos XVI y XVII marcaron el apogeo de la difusión de la astronomía y la astrología en España y dicha popularización se llevó a cabo desde el punto de vista de su aplicación a otras ciencias, como la medicina, la agricultura y la navegación.
“Las últimas décadas del siglo XVI y las primeras del siguiente estuvieron marcadas por la contemplación de un conjunto de fenómenos cósmicos que sirvieron para acelerar el complejo fenómeno de lo que se ha llamado ‘revolución científica’. El registro de ‘estrellas novas’, como las de 1572 y 1604, que en rigor eran supernovas, y la presencia en los cielos de varios cometas a partir de 1571, contribuyeron al desarrollo de los instrumentos y de las técnicas de observación astronómica, ya avivado con el Renacimiento, e impulsaron las críticas a los presupuestos en que se sustentaba el modelo aristotélico, defendido secularmente en las universidades europeas.»
«Tratar del universo todo» – La dimensión cosmológico- astronómica del Quijote, por Felix Schmelzer de la Universidad de Münster
Una contribución académica que podemos leer en el Centro Virtual Cervantes del Instituto Cervantes, contribución presentada en el VIII Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas, celebrado en 2011.
Desde la perspectiva de hoy el Quijote es una obra que trata del «universo todo», y más en concreto de un universo proceso en cambio. Al contener una abundancia de metáforas astronómicas que indican la relación renacentista entre el hombre y el cielo, la obra se encuentra dentro de la época de la «revolución científica», que implica un cambio profundo de la cosmología así como el inicio de la ciencia moderna, y que Alexandre Koyré caracteriza metafóricamente como la transición de un «mundo cerrado» hacía un «universo infinito».1 Una comprensión profunda de dicha revolución, según Thomas S. Kuhn, tiene que superar los confines del saber estrictamente científico,2 lo que hace del Quijote un documento científico-histórico de gran valor, que muestra como tanto el hombre como el universo empiezan a adquirir trazos que llamamos «modernos».
La ciencia en el Quijote. Astros desde La Mancha, de Jorge Alcalde y Enrique Coperías, publicado en la revista MUY Interesante.
¿Era Don Quijote conocedor de la ciencia de la astronomía? ¿Qué sabía Cervantes de astros y constelaciones? ¿Hasta qué punto estos conocimientos cobraron importancia en la España de los siglos XVI y XVII?
La lectura detenida de El Quijote nos arroja algunas pistas. El afamado prólogo de la obra, escrito en 1604, cuando Cervantes acaba de revisar el libro, expone con paródica intención una supuesta discusión entre el autor y un amigo imaginario que le sirve al primero para lanzar una sátira punzante, probablemente, contra Lope de Vega. Las palabras del amigo recogen una serie de graciosos adornos que han de acompañar a toda obra y poeta que se precien. Uno de ellos es el siguiente: «Para mostraros hombre erudito en letras y cosmógrafo, haced de modo que en vuestra historia se nombre el río Tajo, y veréisos luego con otra forma de anotación poniendo: El río Tajo fue así dicho por un rey de las Españas, tiene su nacimiento en tal lugar y muere en el mar Océano». Para Cervantes, pareciera que el recurso a la cosmografía supone una crítica a cierta petulancia sabihonda de los que gustan de citar fuentes y abarrotar sus textos de referencias cultas.
«Coluros, líneas, paralelos y zodiacos»: Cervantes y el viaje por la cosmografía en el Quijote. Escrito por Julia Domínguez, de la Iowa State University, que podemos leer en el repositorio digital de esa Universidad, dentro de la iniciativa Spanish Literature Commons.
En 1543 (cuatro años antes del nacimiento de Cervantes) se publicó una importante obra que revolucionaría la ciencia del momento, De revolutionibus orbium coelestium, de Nicolás Copérnico. Antes de su muerte saldrían igualmente a la luz las ideas de insignes científicos como Johannes Kepler con su Nova astronomia (1609) y Galileo Galilei que daría comienzo a una de las mayores revoluciones científicas de todos los tiempos a través de su Sidereus nuncius (1610) con el que se negaba el viejo sistema aristotélico-ptolemaico. Asimismo se desarrollaron importantes actividades científicas durante el mandato de Felipe II que indicaban el calibre de la llamada “revolución científica” en España, como la primera expedición científica moderna en las Indias bajo la supervisión del naturalista Francisco Hernández, la institucionalización del laboratorio químico y la botica en El Escorial o las colecciones zoológicas de Aranjuez (Sánchez Ron 11). Para concluir este conciso panorama del estado de la ciencia en la España de Cervantes, es necesario mencionar la miríada de estudios que comprendían la literatura científica y que proliferaron en la época como numerosos manuales para la navegación, obras de geografía y otros textos clásicos (Ptolomeo, Plinio), medievales (Sacrobosco) o renacentistas que el escritor incluyó en su obra.
Un astrónomo llamado Cervantes, artículos de David Barrado Navascués en OpenMind-BBVA, en Madri+d (Miguel de Cervantes, Galileo Galilei y Simon Marius: sobre el nombre de los satélites de Júpiter) y en El Mundo (Cervantes y el enigma de las lunas de Júpiter). En ellos explora el curioso origen del nombre de los satélites de Júpiter y una conexión que pone a Cervantes como posible autor de la idea de poner los nombres de los amantes del dios Júpiter.
En el relato “La Gitanilla”, de las “Novelas Ejemplares” aparece un romance que incluye las siguientes líneas:
…
Junto a la casa del Sol
va Júpiter; que no hay cosa
difícil a la privanza
fundada en prudentes obras.
Va la Luna en las mejillas
de una y otra humana diosa;
Venus casta, en la belleza
de las que este cielo forman.
Pequeñuelos Ganimedes
cruzan, van, vuelven y tornan
por el cinto tachonado
de esta esfera milagrosa.
…El poema glosa las virtudes de la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III. La cultura científica de Cervantes es manifiesta, no solo por la descripción de los planetas y del Sol, que hasta aquel momento la mayoría de los intelectuales aceptaba que orbitaban alrededor de La Tierra, según la denominada teoría geocéntrica. Lo más significativo es que Cervantes hace referencia a los satélites de Júpiter, poco tiempo después de su descubrimiento, ya que los últimos cuatro versos tienen un significado explícito: el “cruzan, van, vuelven y tornan” deja poco espacio a la imaginación, y correspondería a una descripción bastante concisa del hecho de orbitar alrededor de Júpiter; y los dos últimos versos, “por el cinto tachonado / de esta esfera milagrosa” hacen referencia a la Eclíptica, el círculo imaginario sobre el que se mueven los planetas y de manera aparente el Sol, y a la esfera celeste. Está escrito, pues, en clave astronómica y no únicamente mitológica.
Conferencia: «La astronomía en el Quijote», impartida por Antonio Bernal, astrónomo del Observatorio Fabra, en el Parque Explora de Medellín (Colombia), en el acto de clausura de los actos conmemorativos del Año Internacional de la Astronomía 2009.
¿Qué sabía Cervantes sobre astronomía? ¿Cuáles de esos conocimientos usó en su novela? ¿Son exactas las referencias astronómicas del Quijote? Un recorrido por la astronomía, la ciencia y la tecnología inmersas en la obra cumbre de la literatura castellana.
¿Hay ciencia en el Quijote?, de Adoración Perea. Publicado en la revista Esfinge, febrero 2010.
Cervantes oculta en su gran novela don Quijote de la Mancha conocimientos científicos, y decimos «oculta», porque habla de forma velada, ya que en la época que escribió su libro había en España una gran censura impuesta por la Inquisición, que vigilaba constantemente, para evitar que se propagasen las ideas protestantes en España, hasta el punto que los estudiantes españoles de la época no podían salir a estudiar al extranjero, mientras en las universidades españolas la lista de los libros prohibidos bajo pena de muerte, era extensa, incluidos los de Ciencia. De esta forma España quedó excluida del movimiento europeo conocido como Revolución Científica que daría nacimiento, con el tiempo, a la Ciencia Moderna.
Cervantes fue contemporáneo de personajes célebres como Galileo, G. Bruno, Kepler, Harvey y tantos otros que sería largo mencionar; escribieron éstos libros que fueron difundidos gracias a la imprenta, gran invento de la época, que hizo que tuviesen acceso a todos esos conocimientos y enseñanzas que impartían estos hombres. Es muy posible que Cervantes leyese u oyese hablar de ellos, pues según nos dice J. Summers: «Los conocimientos astronómicos de Cervantes eran superiores a los de una persona común del momento, e incluso por encima de los de cualquier hombre ilustrado en humanidades. Surge la duda de conocer cómo pudo adquirirlos, sobre todo cuando parece suficientemente probado que nunca frecuentó las aulas universitarias. Tampoco existe referencia del momento o lugar donde pudo adquirir tales conocimientos ni de las lecturas utilizadas».
La ciencia en el Quijote y su época. escrito por el ingeniero y periodista científico Manuel Alfonseca.
A primera vista puede parecer un contrasentido relacionar la ciencia con el Quijote, a pesar de que su título completo (El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha) contiene un término (ingenioso) que habitualmente se relaciona con las actividades mentales humanas, de las que la ciencia es una de las más conspicuas. Pero el ingenio de don Quijote no se aplica a la ciencia, sino al sentido común, y a primera vista no parece que tengan mucho de científicas las actividades del loco que quiso resucitar una caballería andante que no existió nunca, salvo en su propia imaginación y en la de los desaforados autores de los libros de caballerías.
Sin embargo, raro es el libro que no delata en sus páginas la cultura y el modo de pensar de su época, y muy extraño sería que la obra maestra de Cervantes fuese una excepción a esa regla. Y así, tras bucear en las páginas del Quijote, he podido extraer no menos de treinta referencias que, puestas en contexto, proporcionan una visión, incompleta, sí, pero amplia y sugestiva, que esboza ante nosotros el momento crítico de una ciencia que daba los primeros pasos hacia el establecimiento de una metodología revolucionaria, que no tardaría en dar frutos abundantes durante los siglos más productivos que recuerda la historia.
El Quijote y la Astronomía. El Cinturón de Orión, 3 de junio de 2008. Incluimos un podcast del espacio de divulgación astronómica (y científica) dirigido por el periodista científico y astrónomo Manuel Rodríguez de Viguri que se emite en la Radio San Vicente, de S. Vicente del Raspeig desde hace más 7 años. En esta ocasión contaban con la colaboración del profesor de astronomía de la Universidad de Alicante Enrique Aparicio, para hablar de la astronomía del Quijote.
Taller: Astronomía en el Quijote, realizado por Rafael García Colás en el marco de la Semana Cultural IV Centenario de la publicación de la II Parte del Qujote, en el CEIP Divino Maestro de Ciudad Real, el 10 de abril de 2015.